Desde la mirada del caos
- Carla Medina

- 5 jun
- 2 Min. de lectura
Este texto habla de mí, sí. Pero más allá del deseo de narrarme, lo dejo aquí por si a alguien más le sirve —como me ha servido a mí— ponerle palabras al desorden.
A simple vista, el caos puede parecer el peor lugar en el que podríamos estar. Desde una mirada superficial, carente de profundidad, parece no tener un solo ángulo desde el cual pueda mirarse algo bueno. Pero eso es sólo una forma —sesgada— de ver.

Hace poco más de siete años, alguien me dijo una frase que quedó flotando: “Todo tiende a equilibrarse.” Lo explicó con un ejemplo sencillo de física: Si aumentas la temperatura de un vaso con agua y luego lo dejas en reposo, inevitablemente esa temperatura disminuirá hasta igualarse con la del entorno. Me dijo que eso no pasa solo en la física: pasa en todo, todo el tiempo. Recientemente esa idea empezó a hacer sentido en mi vida.
Fue la acumulación de eventos “negativos” —o lo que solemos etiquetar como caos— lo que me llevó a comprenderlo. Ese tipo de caos que desmantela la ilusión de control. Ese que te obliga a preguntarte: ¿Por qué? ¿Para qué?
Y claro, hay respuestas para ambas. La diferencia está en desde dónde decides mirar.
Con el tiempo descubrí que es precisamente en el caos donde todo empieza a tomar forma. Uno no se vuelve fuerte por desearlo, sino por caminar las experiencias que requieren fuerza. No se aprende a ser valiente leyendo sobre valentía, sino enfrentando lo que da miedo. Y es ahí, justo en medio del desorden, donde algo cambia.
Podemos resistirlo o podemos preguntarnos: ¿Qué me está enseñando esto? ¿En quién me estoy convirtiendo gracias a esto?
El caos, al final, puede ser entendido como parte del proceso. No una excepción. No una falla del sistema. Sino una fase natural del equilibrio. Al final, existe luz dentro de la oscuridad, y sombra dentro de la claridad. Ese entretejido de opuestos también es parte de la naturaleza.
Quizás, aceptar el caos así, sin romantizarlo pero tampoco temerle, sea una forma más honesta de evolucionar.





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