Lo que ya es mío por derecho
- Yazmín Vargas

- 2 jul
- 1 Min. de lectura
A veces, justo antes de un paso importante, me descubro haciéndome trampa sin darme cuenta: se me hace tarde, me pierdo en prioridades absurdas, no calculo bien el tiempo… como si una parte de mí tuviera miedo de llegar a tiempo a mis propios sueños.
Y no, no es pereza. No es que no me importe. Es una forma sutil de protección:
Miedo a lo nuevo
Miedo a que esta vez sí funcione
Miedo a que se confirme que merezco lo bueno
Hoy me miré con más ternura y entendí algo: No tengo que pagar con caos lo que ya es mío por derecho de existencia. No tengo que complicarme la vida para sentir que lo valgo.
Estoy aprendiendo a vivir desde el amor, no desde la urgencia. A caminar hacia mis planes con presencia, no con castigo.
Y si tú también te saboteas cuando estás por florecer… te abrazo desde aquí.
Quizá no es que no estés lista, sino que aún no has aprendido a caminar hacia lo bueno sin miedo.
Elijamos llegar a tiempo a nosotras mismas. Con suavidad, con confianza, con verdad.





Comentarios